Publicado en Rincones Singulares de Navarra
Al poco de comenzar si giramos la cabeza ya se ven las vistas del valle a través de los quejigos.
Y un poco más arriba las vistas se ven enmarcadas por las peñas.
En las crestas de las peñas y surcando el cielo nos vigila continuamente los innumerables buitres que anidan en la zona.
El sendero continua ascendiendo en zig-zat entre los quejigos.
La imagen de contraste de colores, blanco de nieve sobre verde oscuro de quejigos, piedra contra el cielo nublado, se repite continuamente sin dejar de sorprender por su belleza.
Recorremos el "Callejón de las Trampas" entre paredes verticales de 100 metros.
Y un poco más tarde comenzamos el descenso.
Descendiendo encontramos el Huso.
Y en la ladera nos encontramos con los árboles totalmente colonizados por líquenes.